Extractos

Chris Benson estaba sumamente preocupado por cómo se iba a desarrollar la reunión, aunque tenía, además, otros problemas en que pensar. La noche anterior había estado con William Roitgen, su jefe de asesores y subordinado directo, haciendo el amor hasta las cuatro de la mañana en la intimidad de su pequeño apartamento en Georgetown.

La guerra había sido declarada el 11 de septiembre de 2001 y ahora, luego de varios años, Estados Unidos se disponía a ganarla en forma definitiva y permanente, disponiendo, para ello, de todos los recursos con los que contaba: humanos, tecnológicos y monetarios.

La cabina del helicóptero estaba tenuemente iluminada por las luces de emergencia, que no se veían desde el exterior. Allí se encontraron con el equipamiento que cada uno necesitaba para llevar a cabo la misión.

Para el Banco ésta era la reunión más importante del año, puesto que contaría con la presencia de los representantes de los diecisiete estados miembros, es decir, los países de Europa que conforman la Eurozona, más los países invitados especialmente, que incluían a los Estados Unidos, Brasil, Canadá y Japón.

De vuelta en su oficina, Mike comenzó a armar los grupos de Desert Lions que cumplirían con las diferentes operaciones de contraterrorismo que habían sido aprobadas por el Presidente pocos minutos atrás.

En treinta minutos, llegó a la base del Ejército de los Estados Unidos en la ciudad de Wiesbaden, a escasos cuarenta kilómetros de Frankfurt. Fue recibido por el general de brigada Andrew Clark, segundo del general Robinson y quien tenía a cargo, en ese momento, las operaciones especiales en Europa y Oriente Medio para la Operación Águila en Vuelo.